La Feria de Pequeños Empresarios: una experiencia de aprendizaje integral en la IEI UNAP María Reiche

(Imagen: archivo)

  • Fiorella Miluska Villacorta Ayarza
  • Docente tutora de la IEI UNAP María Reiche

En la Institución Educativa Inicial UNAP María Reiche, se lleva a cabo una actividad que trasciende el aprendizaje convencional en el aula: la Feria de Pequeños Empresarios. Esta actividad se ha convertido en un espacio donde los niños no solo interactúan de manera lúdica, sino que también adquieren habilidades financieras, sociales y de trabajo en equipo desde una temprana edad.

La Feria comienza con dos semanas de anticipación, tiempo en el cual los niños, organizados en pequeños grupos, deciden qué producto ofrecerán al público. Las opciones son variadas y siempre ajustadas a lo que ellos mismos pueden elaborar o gestionar, con el apoyo de sus padres. Entre las propuestas comunes se encuentran comidas, bebidas, adornos y postres. Este proceso de toma de decisiones en grupo fomenta la colaboración y el sentido de responsabilidad entre los estudiantes, quienes se enfrentan al desafío de gestionar un pequeño proyecto de venta.

Una vez que el producto está decidido, los padres se suman al proyecto, brindando apoyo en la preparación y venta de los productos durante el evento. Los precios de los artículos son accesibles, con un rango que no supera los cinco soles, lo que permite una experiencia de compra fluida y didáctica. Por ejemplo, una comida puede costar tres soles, una bebida dos soles, y postres como el tradicional curichi se venden por tan solo un sol. La participación de los padres no solo garantiza la seguridad en el manejo del dinero, sino que también fortalece el vínculo entre la familia y la escuela, promoviendo un entorno de aprendizaje colaborativo.

Uno de los aspectos más enriquecedores de la Feria es que, durante el proceso de venta, los niños aprenden sobre el valor del dinero y la importancia del cálculo correcto del vuelto. Esta experiencia, aunque sencilla, resulta crucial en el desarrollo de su comprensión de los valores numéricos y las operaciones básicas de compra y venta. Por ejemplo, si un cliente paga con una moneda de cinco soles por un producto de tres soles, el niño entiende que debe devolver dos soles, ya sea en una moneda de dos o en dos monedas de uno. Esta práctica cotidiana enseña a los pequeños a manejar transacciones simples, lo cual refuerza su seguridad y autonomía.

Además, los niños adquieren habilidades de comunicación mediante el uso de pregones para promocionar sus productos, lo que contribuye al desarrollo de su expresión oral y confianza en sí mismos. Escuchar a los pequeños exclamar frases como: "¡Lleve sus canchitas ricas y saladitas para disfrutar en familia!" es una muestra clara de cómo una actividad aparentemente lúdica puede ofrecer enseñanzas profundas en el ámbito de las competencias comunicativas.

Una vez finalizada la Feria, se realiza un balance de las ventas junto a los padres. Esta fase del proceso permite a los niños comprender conceptos como ingresos y gastos, y también les muestra la importancia de la organización y el orden en cualquier actividad económica. El dinero recaudado se distribuye equitativamente entre los participantes, y cada niño recibe una cantidad que oscila entre siete y quince soles.

Estos fondos, lejos de ser utilizados de inmediato, se destinan al ahorro, ya que cada niño deposita su parte en un pequeño chanchito, promoviendo desde temprana edad el hábito de la previsión financiera.

La Feria de Pequeños Empresarios es, sin duda, una experiencia enriquecedora para los niños de la Institución Educativa Inicial UNAP María Reiche. A través de esta actividad, los estudiantes no solo aprenden conceptos básicos sobre economía, sino que también desarrollan habilidades sociales, de comunicación y de trabajo en equipo. Además, el involucramiento activo de los padres en el proceso refuerza la idea de que la educación es una responsabilidad compartida entre la familia y la escuela.

Esta iniciativa es un ejemplo inspirador de cómo, desde la infancia, se pueden inculcar valores como el trabajo, la responsabilidad y la solidaridad, permitiendo que los niños se conviertan en agentes activos en su propio proceso de aprendizaje.