¡Cómo cambió la vida!

(Foto: WEB)

  • Selva Morey Ríos
  • Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP
  • selvamorey75@gmail.com

Hacer un balance de las experiencias pasadas con las que vivimos hoy en una etapa de cuasiadecuación a las nuevas formas de asumir la vida, va resultando el análisis más importante para enrumbar a las generaciones en aquellos aspectos que le serán útiles, para caminar al son del tren del futuro ya presente.

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La tecnología nos ha enfrentado a retos difíciles de grandes contrastes con hábitos, usos y costumbres de antes. Ni tanto mucho antes, si se considera que nos llegan estos cambios hacia los años 80 del siglo pasado más o menos. La administración se vio revolucionada con la informática o sea el procesamiento automático de la información mediante dispositivos electrónicos y sistemas computacionales. Si pasar de los registros mecánicos a los eléctricos ya era una dificultad para la adecuación a las labores administrativas; lo electrónico constituía un reto aún mayor. Las PC, rápidamente exigieron su ubicación, el aprendizaje de su manejo y los múltiples beneficios que aportaba con solo un equipo. Los jóvenes aprendieron su funcionamiento y se convirtieron en la nueva generación al frente de la modernidad de cara al futuro que fue perfilándose hasta llegar a lo que ahora nos enfrentamos nuevamente.

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El adminículo tecnológico más eficiente y sofisticado, de los que hasta hoy conocemos, es la telefonía móvil. La gran variedad de sus funciones sustituye en mucho a las necesidades cotidianas. Es, en orden de importancia, el contacto eficaz con nuestros pares; registra y envía textos e imágenes; graba videos; informa; investiga; relaciona con absolutamente todas las necesidades que los seres humanos tenemos; además de permitir el entretenimiento variado al gusto específico del momento. Claro que, también no todos los modelos poseen la variedad de funciones que se cita. También los hay muy económicos, pero que cumplen con la principal función: comunicarnos. Sin embargo, el celular, es solo una de las muchas formas que ahora nos rodea en la puesta en el mundo de los medios y formas de apoyo a la humanidad del futuro, ampliamente anunciado, supuesto, especulado, vaticinado.

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Con esta modernidad y el boom tecnológico, muchas de las costumbres, hábitos de vida con los que crecimos, profundamente arraigados en la conciencia, están tambaleándose en nuestros usos cotidianos. Las generaciones anteriores a este fenómeno de profundos cambios, incipientemente, van empoderando su conocimiento, dependiendo del rol que cumplen en sus funciones laborales; las empresas ya padecen financieramente las consecuencias de esta eclosión general de la tecnología de avanzada. Spotify fundiendo la discografía; Netflix acabó con el cine y el confort que suponía “prepararse para ir al cine”; Google ha inutilizado las Páginas Amarillas, con su abundante contenido de contactos, teléfonos, direcciones y anuncios valiosos; Airbnb, atemoriza a los hoteles por la modalidad de alquiler de espacios en casas familiares a módico costo; Uber, es un desafío para los taxistas; los e-mail complicaron y pusieron en obsolescencia al correo postal; Youtube, ha puesto en serios riesgos a las empresas de televisión. Wikipedia, ha suplido a diccionarios y enciclopedias. Todo ha sufrido grandes y vertiginosos cambios. Y no acaba ahí. Cada día hay nuevas adaptaciones en la vida humana de la mano con la tecnología. La gran interrogante es qué sigue; la respuesta coherente sería; adaptarse, pero con urgencia, porque los cambios son rápidos. Cómo hacerlo. Estando despiertos, proclives a todo lo nuevo como ocurrencia en el mundo. Hay que leer, enterarse, crear, imaginar, ponerse en acción; no es momento de declinar en los propósitos; tentar nuestras capacidades; descubrir el talento propio y desarrollarlo con voluntad y terca persistencia. Nada que hagamos es inútil, si con ello fortalecemos nuestras potencialidades y somos capaces de aportar al desarrollo, crecimiento y éxito personal y social.