Mitigación y adaptación al cambio climático: una cuestión de vida o muerte
- Róger Alejandro Rumrrill García
- Escritor e investigador sobre temas amazónicos
El frío polar que congeló la primera semana de este mes algunas regiones y ciudades de EEUU y el calor infernal que abrazó otras zonas del mundo como Australia provocando muerte y destrucción de vidas humanas y de animales, son pruebas irrefutables de que las acciones de adaptación y mitigación del cambio climático son cuestiones de vida o muerte para la humanidad en el siglo XXI.
“El colapso de la civilización y del mundo natural está en el horizonte”, fue una de las frases de sir David Attenborough en la ceremonia inaugural de la COP24 en Katowice, Polonia, en la primera semana de diciembre de 2018.
Sin embargo, increíblemente, hay personas e instituciones que niegan el cambio climático. Uno de ellos es Donald Trump, presidente de EEUU, todavía la potencia económica, tecnológica y militar más poderosa del mundo. Donald Trump ha ordenado el retiro de su país del Acuerdo de París (COP21) y el desmantelamiento de toda la estrategia de lucha contra el cambio climático implementada principalmente por el expresidente Barack Obama. El otro negacionista es Jair Bolsonaro, el ultraderechista presidente de Brasil.
¿Tienen alguna razón y argumento válido los negacionistas como Trump y Bolsonaro? Ninguna. Porque ellos defienden los intereses de las multinacionales petroleras y otras corporaciones extractivistas. Porque como dice la glacióloga Angelika Humbert, el cambio climático no es un asunto de creer o no creer. Porque el cambio climático se mide y calcula en sus daños, sus impactos y todos sus procesos de avance. Ahí están las pruebas de la realidad y las cifras y conclusiones de la ciencia.
Precisamente, fueron EEUU, Brasil, Arabia Saudita, Kuwait y también Rusia los que hicieron todo lo posible para bloquear los acuerdos más importantes de la COP24 de Polonia e ignorar el Informe del Panel Científico de la ONU que estima que si no se detiene el incremento de 1,5 de temperatura en los próximos doce años (2030), la temperatura al final del siglo XXI alcanzará los 3,2 grados.
“Sin acción inmediata, aún las reglas más estrictas, no nos conducirán a ninguna parte”, opinó Jennifer Morgan, de Greenpeace, refiriéndose a que los acuerdos de la COP24 no traducen ni reflejan la emergencia ambiental del planeta Tierra.
Los puntos más débiles del acuerdo de la COP24 suscrito por 197 países, además de la falta de decisiones claras, precisas y vinculantes, fue el aspecto financiero. Los países del Norte han acordado transferir 100 mil millones de dólares por año a los países del Sur hasta el 2020. Después no habrá fondos.
La próxima Cumbre Climática, la COP25, se realizará en Chile en enero de 2020. En esa cumbre se tratará de recuperar el tiempo perdido y tomar las decisiones de emergencia que la situación ambiental lo exige.
Tan urgentes son las medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático, que en la última reunión de Bruselas, el ejecutivo europeo planteó la necesidad de “reinventar el modelo económico”, porque la “cultura de consumo de hoy contribuye al agotamiento de nuestro capital natural y amenaza el clima. Actualmente, la humanidad usa recursos equivalentes a la capacidad de 1,7 Tierras”.
La Madre Tierra no soporta más la voracidad del modelo de producción y de consumo que lo está matando.