Un grato reencuentro de exalumnos del CNI y la develación de una historia
- Josefa Alegría Ríos Gil
- Docente de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP
El 30 de agosto de 2019, en un conocido restaurante de nuestra ciudad, después de 44 años de egresados (1975), se reunieron los exalumnos de la promoción denominada “Bodas de Oro” del Colegio Nacional Iquitos (CNI). Fui testigo privilegiada del grato reencuentro de hombres y mujeres de bien, con vidas consolidadas, vale decir, profesionales en distintas disciplinas, empresarios en diversas actividades económicas, con hijos y nietos; y lo más importante, contribuyendo desde sus respectivas labores en el desarrollo de la región y del país.
¿Qué fue de tu vida? fue la interrogante que generó toda una movilización de socialización de historias de vida, que ha permitido a los exalumnos, de este emblemático plantel, se reconozcan y se reencuentren con sinceros apretones de mano y un sinnúmero de fraternos abrazos. La presencia de algunos docentes, ya en retiro, como invitados de honor, puso la cuota de mayor emotividad a esta singular reunión, quienes al hacer uso de la palabra recordaron anécdotas y travesuras juveniles de sus exalumnos, que desencadenaron en sendas carcajadas.
Por ejemplo, solicitaron al maestro Carlos Roberto Bardales Correa, apodado cariñosamente “Pajarito” que simulara dictar una clase de inglés del verbo “to be”; ante este pedido el maestro dio todo un discurso íntegramente en inglés, que después naturalmente fue traducido para el entendimiento de todos los concurrentes. A continuación, la maestra Nora García de Guzmán, responsable del curso de Biología, al hacer uso de la palabra, recordó humorísticos pasajes con sus estudiantes de antaño, agregando además que se sentía muy orgullosa de este grupo de exalumnos.
Una historia que llamó particularmente mi atención, pues estoy segura, que la mayoría de los actuales docentes y estudiantes de esta institución educativa y en general los pobladores de la ciudad la desconocen, es la forma de cómo fue adquirido el terreno donde hoy por hoy se encuentra la moderna infraestructura del colegio. Esta historia fue contada por Wilson Warsharloski, alumno del quinto D.
Antes de narrar la historia en sí de esta adquisición, el señor Warsharloski precisó que la mayoría de los alumnos del mencionado quinto D, llegaron al CNI, procedentes de un antiguo colegio denominado César Vallejo, que fue clausurado por las autoridades del sector debido a medidas disciplinarias; y sus estudiantes fueron distribuidos en distintos colegios de la ciudad. Por ese motivo, el director de ese entonces, profesor Óscar Angulo Hidalgo, que se caracterizaba por ser un hombre observador y cumplidor de las normas, no manifestaba mucha simpatía con este grupo de estudiantes debido a sus antecedentes.
Corría el año 1975, época de auge de las invasiones de tierras en la ciudad. Resultó invadida la propiedad del señor Máximo Meléndez Cárdenas, recordado exalcalde de nuestra ciudad, quien estableció un trato con el director del colegio, acordando que si él y sus estudiantes lograban desalojar a los invasores, donaría el íntegro del terreno para la construcción de la nueva infraestructura del colegio, ya que, el local donde funcionaba, aparte de necesitar mejoras, no contaba con el aforo necesario para albergar al alumnado, que cada vez iba en aumento.
Ante esta oferta, el director conversó con los estudiantes promocionales del salón del quinto D, motivándolos a demostrar que ya estaban identificados con su nuevo colegio, y que podrían por lo tanto desarrollar acciones para su mejora. En ese sentido, los animó a realizar las acciones necesarias para desalojar a los invasores del mencionado terreno, argumentando que, si se lograba ese cometido, allí se construiría la nueva infraestructura del plantel y dejarían un legado perenne que iba ser recordado por las futuras generaciones de estudiantes. Cabe destacar que en esa promoción existía un innegable liderazgo de la hoy reconocida maestra, abogada y luchadora social, Gladys Marlene Vásquez Pinedo, quien junto a sus compañeros dirigieron la organización y las acciones de lucha de los estudiantes para recuperar el terreno.
Como primera medida, se acercaron a conversar con los dirigentes de la invasión y al no llegar a ningún acuerdo, se vieron obligados a aprovisionarse de palos para destruir las precarias viviendas de los usurpadores, logrando retirarlos. En señal de triunfo colocaron una pancarta que decía: “Aquí se construirá el nuevo colegio CNI”. Sin embargo, al día siguiente los invasores nuevamente ocuparon el terreno, en respuesta los estudiantes volvieron a su operación de desalojo, acordando en esa oportunidad, organizar vigilias para asegurar que no sea invadido nuevamente. Con esta acción, que duró varios días, lograron disuadir a los persistentes invasores.
Por aquellos días el ministro de Educación realizaba una visita de trabajo por la ciudad, circunstancia que fue aprovechada por el director Angulo, su plana docente y los estudiantes para oficializar, con la presencia de la máxima autoridad del sector y con la respectiva solemnidad que el caso ameritaba, la colocación de la primera piedra. Este acto fue celebrado con mucha algarabía por toda la comunidad educativa.
Que continúe la excelencia educativa en este plantel, recordando siempre la acción de estos valerosos estudiantes que lograron con su accionar obtener el terreno donde actualmente funciona el querido y emblemático Colegio Nacional Iquitos (CNI).