Responsabilidad social y calidad de vida
- Selva Morey Ríos
- Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP
Los seres humanos responsables adoptan formas de vida respetando el entorno interno y externo de su individualidad en relación con la sociedad. Hoy en día se ha puesto en el tapete las circunstancias tocantes a mejorar la calidad de vida del planeta que incide directamente sobre las poblaciones. Es la voz insistente de organismos especializados en el cuidado y preservación de la humanidad. Se habla entonces, de la responsabilidad social que atañe a todos.
La responsabilidad social se refiere a la carga, compromiso u obligación, de los miembros de una sociedad sea como individuos o como miembros de algún grupo, tanto entre sí como para la sociedad en su conjunto. Vivir en sociedad implica tener en consideración muchos factores conducentes a la realización personal, al bienestar individual y social, a la seguridad que le garantice una vida digna y la autoestima para su desarrollo integral.
La responsabilidad social abarca todos los espacios, empezando con los gobiernos y los tratados que firman como compromisos a que se atienen a través de sus diversos organismos, las empresas, las organizaciones de la comunidad, las universidades, la sociedad en su conjunto.
El Acuerdo de París (diciembre, 2015), resume los compromisos de Perú frente al cambio climático. Perú es un país vulnerable a los impactos del cambio climático, lo que se evidencia en la ocurrencia de eventos naturales como El Niño Costero, cuyos estragos (lluvias intensas, huaicos, deslizamientos, desbordes e inundaciones) afectan a muchas regiones, así como las heladas en las zonas altoandinas y los friajes en la selva. A ello, se suma la acción del ser humano con actividades ilegales y nocivas para el medioambiente y los recursos naturales, como la deforestación ocasionada por la tala y la minería ilegal.
El Perú se comprometió a reducir en 30% sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta el año 2030 y fortalecer sus políticas de adaptación a los impactos del cambio climático, en sintonía con el Acuerdo de París.
La responsabilidad social “es un compromiso que las empresas asumen por el bienestar del entorno social que las rodea” (Caravedo, 1998).
En los últimos años el concepto de responsabilidad social, especialmente en el ámbito empresarial, ha venido cobrando gran importancia y de seguro la concepción de la misma ha evolucionado; el interés en torno a elementos como: comunidades, trabajadores y competitividad empresarial llama poderosamente la atención a quienes orientan su quehacer profesional en ámbitos sociales por los resultados que puedan generar las relaciones e interacciones entre dichos elementos (Cabrera, 2006).
En el 2001, León señaló que “el fin de la responsabilidad social de las empresas (RSE) es lograr el uso productivo de los recursos que se han transferido a las comunidades”
.En el 2004, Schwald, conceptualiza la responsabilidad social como una filosofía de los actos; ser socialmente responsable es “ser consciente del daño que nuestros actos pueden ocasionar a cualquier individuo o grupo social”.
A través de la responsabilidad social universitaria (RSU) las instituciones educativas asumen el reto de formar a los futuros líderes, ejecutivos y empresarios para que sean capaces de afrontar problemas de inequidad, desigualdad y una generación de valor que destruye la naturaleza y atropella los derechos humanos, denominador común tanto de Perú como del resto de América Latina y revertir esta situación.
La RSU nació a inicios del siglo XXI en América Latina. Llegó al Perú por la necesidad de repensar el rol social de la universidad como un sistema de gestión integral de todo lo que hace, desde la compra de papel hasta el diseño de mallas curriculares y líneas de investigación. Hoy, con la actualización de la Ley Universitaria que impulsa a las universidades a formar estudiantes proactivos frente a los problemas sociales y ambientales, la RSU se caracteriza por su carácter integral y transversal. Así, la universidad es responsable de lo que enseña y lo que conoce, de cómo se organiza internamente y cómo trata a su propia comunidad y al medioambiente, además de con quién se asocia para trabajar en comunidad.
Es decir, no basta el conocimiento de teorías de grandes estudiosos, sino que deben vivir experiencias de investigación y participación que generen valor para su sociedad. Una formación con RS permite que los futuros líderes sean éticos y empáticos y, por tanto, siempre tendrán en cuenta los impactos de sus decisiones.
La RSU debe mantenerse integrada en tres dimensiones en la formación de los jóvenes: académica, social y corporativa. Además de recibir contenidos teóricos, filosóficos y científicos como herramientas para aplicarlas a la RS; concluyendo, en que las universidades deben otorgar oportunidades para que los estudiantes practiquen y vuelquen su conocimiento al servicio de la sociedad.
Consulta:
- andina.pe/agencia/noticia-acuerdo-paris-los-compromisos-peru-frente-al-cambio-climatico-669371.aspx
- elcomercio.pe/suplementos/comercial/cuidado-planeta/que-impulsar-responsabilidad-social-desde-universidad-1003332