La formación en la investigación universitaria

(Imagen: Erick Romero)

  • Selva Morey Ríos
  • Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP
  • selvamorey@hotmail.com

La investigación es considerada una actividad orientada a la obtención de nuevos conocimientos y su aplicación para la solución de problemas o interrogantes de carácter científico; aunque también contribuye a las soluciones del entorno cotidiano y las necesidades de los seres humanos. Entonces, hablamos de múltiples formas de investigación, desde la que desarrollaron científicos famosos que han aportado a la humanidad fórmulas, inventos, descubrimientos en pro del bienestar de la gente, dedicando sus esfuerzos a desentrañar los ignotos caminos de la investigación siguiendo la ruta de su acuciosa percepción.

En materia científica, el siglo XIX e inicios del XX, recoge muchos investigadores que han aportado descubrimientos importantes con su trabajo a la humanidad: María Curie (1867-1934), descubridora del radio y polonio; Thomas Alva Edinson (1847-1931), inventor de la corriente eléctrica, la bombilla incandescente, el fonógrafo, entre otros; Guillermo Marconi (1874-1937), inventor de la radio, la telegrafía sin cables; Alexander Flemming (1881-1955), descubridor de la penicilina, poderoso antibiótico que salvó muchas vidas durante inicios del siglo XX debido a las plagas a que estaba sometida la humanidad. Y así es como la investigación en los albores de la humanidad contribuyó a que el mundo vaya descubriendo mejores formas de enfrentar enfermedades, superando la cuasioscuridad en que vivía, las comunicaciones a distancia, etc. Sin embargo, no todo está dicho en la investigación científica, todo lo ya avanzado siempre será posible mejorarlo en aras del bienestar y el conocimiento de las cosas e ir descubriendo lo que aún permanece oculto.

En lo social, la investigación se hace imprescindible. Las comunidades del mundo ahora, están sujetas a diversas formas de vida y expresión de su cultura; la lucha generacional es aún más seria y franca en comparación con otras épocas donde no había tanta complejidad en las relaciones, ni el mundo había contemplado tantos cambios en menos tiempo; cambios que es importante asimilar para adecuar nuestras acciones a las nuevas formas que van ocurriendo.

La universidad que es sinónimo de universalidad del pensamiento, constituye el lugar propicio, idóneo, para encaminar el esfuerzo hacia el descubrimiento de lo ignoto, hacia la investigación que permite desarrollar y abordar los procesos sobre variados aspectos que influyen en la vida del ser humano de manera individual y en sociedad. La investigación en la universidad es una tarea obligatoria. Todo el quehacer académico está sujeto a investigación. Siempre será necesario saber más acerca de todo, será necesario mejorar procesos ya establecidos. Tentar nuevas formas para realizaciones varias. Crear estrategias para modificar, mejorar, reemplazar, combinar y desechar lo que ya sabemos no aporta para el crecimiento cognitivo y su aplicación en las nuevas hornadas de seres humanos que nacen provistos ya de adelantos en modernidad cotidiana, a diferencia de generaciones anteriores cuyo desarrollo psíquico corría a la par que el mundo, con lentitud y desconocimiento hasta de lo más simple.

Los jóvenes en proceso de profesionalización en las universidades tienen un gran reto. La oportunidad está dada; la apertura al conocimiento es infinita, los equipos de última generación e instrumental que hoy se usa, se ha masificado y está al alcance de todos; lo que está faltando es la decisión de asumir el reto. Cierto es que los modernos “couch” que guían y asesoran también deben concordar con estas ideas que van resultando ser obligadas formas de asumir el compromiso con sus pupilos que, año a año, pasan por las aulas, algunos, ávidos por avanzar, deseosos por encontrar las respuestas a sus eternas interrogantes; otros, sin mucho interés o, atrapados en la modernidad placentera de los equipos celulares. Tremendo trabajo, el de encaminar a estos últimos al trabajo intelectual, a la investigación. Tarea ardua de los docentes. Sin embargo, la importancia de aprender a investigar que radica en el estudiante, es una gran tarea de reconocimiento propio, que pueda asumirse como un ser capaz de construir conocimiento, ser consciente de sus habilidades para cuestionar su entorno y de plantear problemas prácticos que concluyan en una aportación trascendente que produzca un cambio positivo en la sociedad. Tarea compartida con los guías de estudio.

Los hallazgos que, en su oportunidad, lograron científicos e investigadores trajeron progreso, nuevas luces y prosperidad al mundo; aunque también, el producto de su trabajo haya luego contribuido al desastre de la humanidad, como es el caso de Alfred Bernhard Nobel (Estocolmo, Suecia, 1833-1896), químico, ingeniero, inventor de armas. Inventó la dinamita destinada para la empresa de la construcción que la necesitaba para demoler rocas. Se comercializó en el continente europeo, americano y asiático, y con la dinamita se logró transformar los paisajes, ciudades enteras con la construcción de puentes, túneles, ferrocarriles y carreteras, maximizando el avance en la construcción de infraestructura y facilitando el trabajo a obreros e ingenieros. Infortunadamente, se la utilizó en la construcción de la bomba atómica que destruyó muchas vidas y por cuyo sentimiento de culpa, Nobel decidió donar su fortuna estableciendo premios de estímulo a la investigación que aportara al bienestar de la humanidad y a la paz del mundo.