El Centro Experimental UNAP María Reiche y su innovación pedagógica


Educar para el cambio y la transformación social

(Imagen: https://www.gob.pe/institucion/muniranrahirca/noticias/671200-)

En la antigua Grecia, en la plenitud del desarrollo y el florecimiento de la Filosofía, Aristóteles (384-322 a.n.e.), destacado discípulo de Platón, decía que “la educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético”.

Cito este concepto porque es prioritario educar desde la concepción, a las generaciones que dirigirán los cambios estructurales en nuestra región y el país. Las madres y padres deben dirigir sus sentimientos de contemplación placentera de sus vástagos y el dolor de separarse de ellos por ideales superiores para cumplir con una necesidad moral y ética de procurarles una educación integral que potencialice sus capacidades en un mundo competitivo y lleno de retos, preparándolos para superar la adversidad desde la diversidad.

A nivel universal y como institución progresista de protección a la niñez, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), postula que todos los niños tienen derecho a ir a la escuela y aprender, sin importar quiénes sean, dónde vivan o cuánto dinero tenga su familia. Sin embargo, en el Perú, en zonas de menor desarrollo: como las fronteras, comunidades ribereñas o en las zonas de los pueblos originarios, los padres de familia no asumen ese orden ético fundamental de preocuparse por educar formalmente a sus hijos desde la primera infancia, pese a existir Programas No Escolarizados de Educación Inicial (Pronoei), jardines públicos, cunas y guarderías en costa, sierra y selva.

Solo los envían a la escuela Primaria porque es obligatoria. El nivel Inicial no tiene ese carácter y desde pequeños sus progenitores los llevan a sus actividades productivas de recolección, caza, pesca, agricultura o talado del bosque. Y en la frontera del Putumayo en Loreto, la niñez ha dejado las aulas para ganar dinero “fácil” que les ofrece el narcotráfico con la siembra y cosecha de la hoja de coca. Costumbres ancestrales que importamos como política de desarrollo regional, desde el Vraem como estrategia para crear las fronteras vivas, hace décadas. Error histórico que hoy es un gran problema que no podemos combatir desde la escuela o instituciones que velan por la seguridad pública, por falta de políticas articuladas con presupuesto asignado desde el Estado peruano.

Urge la universalización de la educación inicial para la concienciación de la familia como parte de su proceso de desarrollo integral para afrontar los cambios vertiginosos de la sociedad, desde la masificación de los medios digitales con la mayoritaria participación de los padres en la educación de sus hijos, como sucedió durante la pandemia a través del programa de televisión nacional “Aprendo en casa” o radial con “El Manguaré” a nivel regional. Ese es el cambio y la transformación que necesitamos construir como sociedad y país.

Rufino Blanco (1863-1936), pedagogo español conceptualizaba a la educación como “evolución, racionalmente conducida, de las facultades específicas del hombre para su perfección y para la formación del carácter, preparándole para la vida individual y social, a fin de conseguir la mayor felicidad posible”.

El Centro Experimental UNAP María Reiche y su innovación pedagógica, está en la búsqueda permanente de herramientas que apoyen el trabajo pedagógico con metodologías, técnicas y/o procedimientos afectivos y efectivos que se interioricen en el subconsciente del niño para lograr su autonomía y fortalecer su autoestima desde la infancia, con razonamiento lógico matemático, lectura de imágenes, inferencia, análisis, interpretación crítica y reflexión para la comprensión lectora, adquiriendo el hábito de la higiene, la observación, el orden y la disciplina como forma de vida respetuosa de los valores, las tradiciones y el cuidado ambiental.

En ese escenario, el laboratorio pedagógico de la Escuela Inicial de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades - UNAP María Reiche, juega un papel trascendental, dando impulso a las propuestas inclusivas con carácter intercultural en el que participan todos los niños de tres, cuatro y cinco años en el “Día del Niño Down”, “El Día del Autismo”o “El Día del Niño Peruano” hermanados con lazos de amor, más allá de la apariencia física, discapacidad intelectual o retrasos en su desarrollo que puedan presentar. La tolerancia es práctica cotidiana.

Las tutoras, auxiliares, psicólogos, odontóloga, talleristas de inglés, música, psicomotricidad, ciencias, lengua originaria, arte y personal administrativo en su conjunto como un solo equipo y mirada visionaria trabajan con entrega y responsabilidad en sus propuestas llenas de fe, eficiencia y eficacia, que los mueve en la búsqueda de la felicidad para hacer que las primeras experiencias de sus hijos estudiantes sean gratificantes y significativas. Venciendo temores o males pulmonares, fortaleciendo, cuerpo y espíritu. A fin de construir un mundo nuevo que propicie el cambio y la transformación social, política y económica con justicia y equidad en el marco de la ley. Innovan en búsqueda de la excelencia a la que aspiramos todos.

En estos veintisiete años de historia su aporte a la educación es invalorable. Desde el desarrollo de congresos internacionales en un intercambio científico y cultural dinámico impulsado por actores sociales desde el seno de la Universidad, con ponencias y experiencias pedagógicas de nuestros literatos, historiadores, filósofos y psicólogos de exportación, compitiendo a nivel nacional y direccionados por Josefa Alegría Ríos Gil generaron un movimiento revolucionario porque inyectó la necesidad de investigar para solucionar problemas de indiferencia o la ausencia cómplice del fracaso de la escuela.

Hoy seguimos apostando por la familia y el impulso del Gobierno Regional a quien solicitamos la renovación del techo de la institución y asumimos como obra educativa porque creemos en nuestro gobernador, doctor René Chávez, y en su ¡Palabra de Hombre!