Para estimular la comprensión lectora

El hombre y el bosque

  • GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA
  • Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP

Por persistente información procedente de la misma sede central de la administración educacional de nuestro país, una de las mayores deficiencias que presenta la educación de nuestra región loretana son los bajos niveles de comprensión lectora que muestran los alumnos conformantes de las muestras seleccionadas para la evaluación; lo cual nos habilitaría para generalizar dichos resultados a todo el universo estudiantil de la Educación Básica Regular.

Aunque no haya sido objeto de mayores investigaciones científicas para comprobar dicha generalización, ya los resultados mostrados tienen que preocuparnos, pues una deficiencia acentuada en esta capacidad instrumental para todo el espectro de la actividad educativa, incapacita a quienes la sufren para desempeñar una actividad sociocultural contribuyente al mejoramiento cualitativo de los niveles de vida social.

Es decir, estamos ante un problema cuyas consecuencias no se circunscriben al ámbito escolar, sino que trasciende al desempeño social futuro del individuo tanto en cuanto a la actividad de aprender en sí, como a la comprensión de los mensajes propios que se generan en la dinámica comunal.

Es por esta razón que nos hemos atrevido a elaborar este material que hemos titulado “EL HOMBRE Y EL BOSQUE”, referido a una temática exclusivamente amazónica; por lo tanto, de una gran repercusión afectiva e intelectual para nuestros estudiantes, dado que, por lo que hemos podido comprobar, en los documentos bibliográficos que remite el Ministerio de Educación, son casi nulos los libros que abordan temas referidos a nuestra realidad, haciendo que las pruebas con las que evalúa la comprensión lectora de nuestros educandos tengan como referencia temas absolutamente desconectados de la realidad geosociocultural de los educandos.

En este cuento alegórico, sin mayores pretensiones literarias, sí con intencionalidad plenamente didáctica abordamos, el tema de las relaciones entre el hombre originario y el bosque, así como dichas relaciones entre el hombre mestizo y el bosque.

Reflexión de por medio, se pretende no solo la comprensión lectora sino la elevación del nivel de pensamiento de los educandos en lo referente a la preocupación por su ambiente, de cuyas características dependen las condiciones de su propio cuerpo, su actividad social, cultural y espiritual, tanto individual como colectiva.

El documento se complementa con un instrumental de comprensión de mensaje, que se expresa en la emisión de respuestas graduadas para tres niveles de comprensión lectora, que muy bien puede ser utilizado por cada docente de acuerdo con su experiencia e interés en la estimulación de esta capacidad de entendimiento del mensaje de los documentos escritos.

De hecho serán muchas las deficiencias que se encuentren a este material, pero, pido a los colegas docentes poner de su parte todo el interés y esfuerzo para aprovechar al máximo el contenido de este material.

Un párrafo motivacional:

“ÉRASE UNA VEZ un bosque inmenso.
Grandioso.
Grandioso y portentoso.
Poblaban sus entrañas hombres, plantas y animales que, en las noches de Luna llena, contábanse sus cuitas y alegrías y, en las horas tempestuosas, protegíanse mutuamente.
El bosque amó al hombre.
A la sombra de sus árboles, en los cantos de sus cochas y el borde de sus ríos, el bosque le dio abrigo, sustento y un lugar para amar, luchar y descansar.
Y amó el hombre al bosque.
Su cuerpo se hizo pájaro, mariposa y pececillo y, también, puma, lagarto y jaguar.
Los trinos inspiraron sus cantos, el silbar del viento, sus melodías; las noches rugientes, sus temores y los silencios misteriosos, una celeste fantasía.
Las tempestades se hicieron danzas; los truenos, dioses muy severos; las aguas profundas, moradas tenebrosas y el boscaje espeso, un espíritu viviente.
Los ríos y las cochas se impregnaron en sus telas. Las aves montaraces se posaron en su cuerpo.
Entonces, eran uno solo.
Se hicieron uno solo: el bosquehombre, el hombrebosque.
Los hombres enseñaron a sus hijos.
Los hijos lo hicieron con los suyos.
Y así pasaron años; siglos, mejor dicho.
PERO... sucedió que otros hombres, nuevos hombres, llegaron sigilosos y admiraron su belleza.
La vieron deslumbrante; pero, más que su belleza, desearon su riqueza.

─¡ Esto es una despensa!
─¡ Esto es inagotable!...”

Por cierto que este material va a presentar algunas deficiencias, pero vale el intento de estimular la comprensión lectora de nuestros educandos desde los temas que tienen significado existencial (aprendizaje significativo) para ellos. Se recomienda su uso a partir del 5° grado de primaria, salvo mejor parecer.

Esperamos que las autoridades educacionales lo tomen en cuenta para dar vida a la educación que necesitamos en nuestra región.

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