Hacia dónde va la forma de trabajar en el nuevo milenio

La Generación del Milenio, integrada por los nacidos después de 1982, es mucho más educada y posee una conciencia muy ecológica, ...

  • Selva Morey Ríos
  • Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP
  • selvamorey@hotmail.com

El tiempo en que vivimos nos ha condicionado sin quererlo, a modificar nuestras costumbres, nuestras formas de asumir la vida, nuestros puntos de vista y la dirección de nuestros esfuerzos laborales que, antes tuvieron una permanencia enclavada en principios que, en su tiempo, fueron válidos y respetados por las generaciones. Hemos ingresado al siglo XXI, con una visión diferente del mundo. Poco a poco hemos ido formando parte del ejército de seres humano que se acoplan a situaciones novedosas y hacen su mejor esfuerzo por el aprendizaje obligado de las herramientas que trae consigo y que, sin ellas, medianamente nuestros objetivos se alejan para formar parte de grandes ideales y sueños no cumplidos.

En el ámbito laboral tan importante y vital para todos, después de la revolución industrial hasta hace diez años, las oficinas no habían cambiado; ahora, los cambios son radicales y vertiginosos. Así como antes teníamos la idea de la fábrica con su enorme dimensión para albergar a infinidad de obreros en servicios laborales; con el tiempo y los cambios que vienen ocurriendo el uso de ambientes más pequeños fortalece y fomenta la cercanía, la solidaridad y el trabajo de equipo. No es en las grandes fábricas o empresas multimillonarias donde el trabajo se realiza con total satisfacción y agrado de sus trabajadores o empleados; tampoco ocurre que todos los que ahí laboran desarrollan sus capacidades y talentos; mas ocurre lo contrario, es en las pequeñas y microempresas donde se da un mejor y eficiente servicio. Esto se debe a que son organizaciones más flexibles y abiertas al cambio. No temen a la tecnología sino que al contrario, saben que es una valiosa herramienta a la hora de reducir gastos y agilizar procesos.

Los cambios alcanzan también a la inversión que debe hacer la empresa por el personal permanente que mantiene, el que, en muchas ocasiones, permanece en la especialización y no transita hacia paradigmas más osados, novedosos, y ahora permitidos por la tecnología en la búsqueda de innovar su actividad mediante la capacitación y el esfuerzo propio. Son retos que las empresas deben asumir, si continuar en el letargo de un servicio muy eficiente, pero no innovador que rebaje costos y tiempo a uno que alimente con su creatividad a nuevas formas de desempeño; el mismo que no es producto del azar, sino de la preparación constante del empleado para el servicio que presta.

En Europa se maneja un nuevo concepto de las empresas corporativas: el de empleado 3.0. La principal característica del trabajo 3.0 es que trata de una labor hecha a distancia, sin horario rígido, ni lugar fijo y la prestación de su servicio es puntual desde el lugar donde reside el trabajador. La empresa no está ligada más que por la tarea que requiere en menor tiempo y a un costo tratado mutuamente.

En Hispanoamérica los países en donde más se contrata trabajo 3.0 son en su orden: España, Argentina, Colombia, México, Perú y Chile. También aparecen Uruguay, Venezuela, Guatemala, Bolivia y Costa Rica con una presencia incipiente de esta modalidad de contratación.

El antecesor de esta innovación ocurrió hacia 1985, cuando comenzó a implementarse el llamado “teletrabajo” que tenía el mismo esquema laboral: 3.0, pero el contacto se realizaba a través del teléfono o el fax. Luego de esta alternativa laboral, se desarrolló una modalidad análoga, el outsourcing, que es un término inglés que se traduce como 'subcontratación', 'externalización' o 'tercerización laboral'. En el mundo empresarial, designa el proceso en el cual una organización contrata a otras empresas externas para que se hagan cargo de parte de su actividad o producción; lo que conocemos en nuestro medio como las “services”. No hay vínculo laboral como tal, sino la compra-venta de un servicio laboral.

Con los avances de la tecnología y de internet se llega al trabajo 3.0, que se diferencia de los anteriores en que se trata de una labor on line; quiere decir, que la comunicación entre la empresa y el empleado o trabajador se da a través de internet desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora. Es en esta dimensión de adelanto tecnológico en el que los jóvenes del milenio con su desempeño informático y peculiar sentimiento de su presencia en el mundo, son expertos y a futuro serán los trabajadores en las empresas con sus exigencias propias.

Al respecto, el arquitecto Juan Carlos Baumgartner, mexicano, socio director y líder de la firma de arquitectura Space, en su trabajo creativo se refiere a la interrelación de la arquitectura con la educación y las generaciones que se levantan al amparo de las innovaciones que ya se viven como cambios radicales en el mundo. Indica con marcada intención el futuro del trabajo de las generaciones millenials y qué se espera después de 2020, cuando estos se integren de lleno al mercado del trabajo; así, en sus diseños, involucra a los espacios libres, con mucha luz, sin obstáculos que puedan sugerir límites a la imaginación. Ellos —refiere Baumgartner— no entienden los límites entre la vida social y del trabajo, por ello mi trabajo de diseñador supone los espacios abiertos, sin límites; que en arquitectura son los llamados espacios líquidos. El trabajador 3.0 —agrega— siente pasión por lo que hace, empatía con los demás, elasticidad de mente que le procura el ambiente en que se desenvuelve que no es otro que el diseño de la oficina donde debe pasar muchas horas del día.

Los millenials —concluye Baumgartner— no entienden por qué la oficina debe ser únicamente para dedicarla al trabajo que los priva de muchas de sus necesidades sociales y de entretenimiento; por qué no se puede traer a la mascota a la oficina, oír música con los audífonos mientras uno realiza su tarea. Dice Baumgartner que, para satisfacer estas necesidades en la actividad diaria será preciso introducir en las oficinas consolas de video, redes sociales, mesas de ping-pong, salas para ver el fútbol; se convertirán así, en espacios abiertos a la creatividad y la innovación laboral y en los que la gente no sienta que están en las oficinas y, con el arraigo de la tecnología, conectados eternamente.

Consultas:

https:// www.youtube.com/watch?v= cWom6S8gQUY Enlace judío-“Migraciones mentales” Conferencia de Juan Carlos Baumgartner/ GeneraciónY