Poder: cambio de mentalidad
Por último, la revolución de la mentalidad; la del más y la del menos que crearon una clase media conectada que conoce de los modos de vida de los que viven lejos...
- Selva Morey Ríos
- Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP
El poder siempre ha constituido la presea más importante en la vida de los seres humanos. Innúmeros escritores se han referido al tema controversial y humano que significa el acceso a esta situación que privilegia cada uno de sus actos en las comunidades donde desempeñan su influencia. El poder desde antaño ha consistido en la acumulación de riqueza, títulos nobiliarios, extensos territorios, incluso familias completas a su servicio. El periodista Alvin Toffler se refirió en extenso en cada una de sus obras señalando que los seres humanos siempre han privilegiado el poder como un objetivo principal de la vida. A través de él se facilita todo. Casualmente, el título de la nota encabeza el estudio sobre cómo, a través del tiempo con sus modificaciones, este empoderamiento ha cambiado desde los estratos sociales más sofisticados a las grandes urbes con seres comunes y corrientes que han alcanzado la cima de sus aspiraciones. Para Toffler, el conocimiento fue y continúa siendo un cambio importante. Se explica fácilmente por cómo muchas personas han logrado descollar y acceder a sitios antes permitidos solo para la cúpula poderosa conformada por los más ricos y pudientes. El conocimiento, la información, fue la panacea para crear una nueva generación de poderosos. De allí que la discriminación signada en cualesquiera de sus formas se ve anulada por un nuevo pensamiento y reconocimiento de valía natural. Nada, sin embargo, se hubiera podido lograr si los cambios naturales del mundo no lo hubieran permitido. El boom de la tecnología que copó todos los ámbitos ha sido y sigue siendo el gran facilitador para el despegue generalizado de la riqueza del conocimiento; la globalización mundial con sus redes intrincadas e infinitas conexiones que acerca a todas las mentalidades dándoles la oportunidad de crecer ilimitadamente, favorece a todos y a quienes se esfuerzan por avanzar hacia la conquista del poder.
Pero, si bien es cierto este escalón de descubrimiento constituye el eje motivador para el acceso hacia el poder, este se ha ramificado extensamente hacia confines infinitos e ignotos que seguirán descubriéndose e influenciando permanentemente. Moisés Naím, conferencista internacional indica que “el poder está cambiando radicalmente, profundamente… se puede evidenciar en los gobiernos, la ciencia, la cultura, las religiones, el deporte, la diversión, etc. El poder ya no es lo que era. Ahora hay micropoderes con actores pequeños, desconocidos, que no usan las reglas establecidas, sin apoyo de maquinarias…”; concluye que esto es producto del fin de la guerra fría y el auge de la internet. El crecimiento vegetativo de los países, la masificación de la información, el acceso irrestricto a las fuentes proveedoras, en fin, la globalización son los aspectos medulares de estos cambios. En 1950, la población mundial era de 2500 millones de habitantes; ahora en 2016, el poblamiento es de 7000 millones. La ciencia y la tecnología han avanzado en aspectos de salubridad; las personas viven más y más saludables. Son tiempos de la revolución del “más”: Hay más de todo, más armas, más comida, más democracia, más computadoras, más estudiantes que las usan. No puede desestimarse la revolución de la movilidad que se ha tornado en una exigencia de este tiempo. En el mundo no hay fronteras entre países. Las personas se movilizan más y permanentemente. Ayudan las promociones que ofertan las empresas aéreas, navieras, terrestres, a costos accesibles que apoyan al conocimiento de otras culturas. Desde el año 2007, más gente vive en centros urbanos que en el campo, por el reconocimiento que la modernidad procura oportunidades; las inversiones, los negocios y las finanzas también se mueven. Las ideas, las religiones y el terrorismo junto a la masificación de la movilidad también se expanden y van modificándose en su tránsito libre, irrestricto, democrático.
Por último, la revolución de la mentalidad; la del más y la del menos que crearon una clase media conectada que conoce de los modos de vida de los que viven lejos, sus oportunidades, sus triunfos no exentos de sacrificios, totalmente viables en la consecución de sus objetivos de progreso, conocimiento y poder. Los ciudadanos son conscientes de quiénes tienen más y no quieren quedarse atrás. https://www.youtube.com/watch?v=QNUFPzE7jiI