Debía efectuarse la primera ceremonia de graduación de las facultades de Educación, Agronomía e Ingeniería Química; transcurrían los meses del año 1967 y esta ceremonia debería estar a la altura del bien ganado prestigio de la UNAP en la comunidad de Iquitos, constituyendo una novedad el uso de toga y birrete que en algunas universidades del país no se hacían
Las autoridades universitarias y docentes con cargo académico-administrativo, además de toga y birrete, deberían portar un collar de seda de donde pendería una medalla como DISTINTIVO de la UNAP. Se daba entonces una situación de apremio y por tal razón, el Dr. Emilio Gordillo Angulo, rector de la Universidad, decidió acuñar una cantidad determinada de medallas de oro de 18 kilates, con un peso de 200 gramos aproximadamente cada una. Tenía pactado ya este trabajo en la Casa de la Moneda de Lima, pero faltaba el dibujo o diseño para acuñarse. En esa fecha, me desempeñaba como dibujante del Departamento de Publicaciones de la UNAP, por lo que para el Dr. Gordillo, yo era el “Miguel Ángel” de la Universidad. Con ese criterio, simplemente me ordenó dibujar un distintivo de la UNAP de un día para otro. Disponía de pocas horas para tal tarea y no podía fallar, puesto que su viaje a Lima estaba previsto para las 10 de la mañana del día siguiente.
Muchas de las oficinas de la Universidad funcionaban en la casona de dos plantas del malecón Tarapacá, que en la actualidad la ocupa la Quinta Región Militar, pero que entonces la compartía con la UNAP.
Pensando cómo cumplir con mi tarea, me ubiqué en el balcón del 2º piso desde donde pude contemplar lo que tenía a la vista: el río Amazonas, una isla (Padre Isla), la orilla del Amazonas frente a Iquitos y a lo lejos, una selva con un verdor casi fusionado con el celeste del infinito. Con lápiz y papel comencé a diseñar lo que veía; agregué un brazo varonil levantando una antorcha con destellos como si fuera una luz de bengala. A este diseño lo encerré en un óvalo y agregué otro óvalo externo y simétrico, que tenía un espacio donde inscribí: UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA PERUANA. Para terminar, di color a todos los detalles. A las nueve de la mañana del día siguiente, estaba entregando el trabajo. Hasta allí, para mí sólo fue el deber cumplido. Este dibujo sin mayor evaluación o rectificación fue tomado tal cual y fue acuñado en las medallas de oro.
Transcurrieron aproximadamente nueve años, lapso en el cual se habían efectuado hasta tres convocatorias para adoptar un distintivo de la UNAP, habiéndose declarado desiertos tales concursos; pero en la tercera oportunidad, ya por el año1976, el Consejo Ejecutivo realizaba una de sus reuniones en la que uno de sus miembros (creo que fue el profesor Héctor Morán Seminario), tomó la palabra y se expresó, más o menos así: “Señores, por qué nos preocupamos tanto por encontrar el distintivo de la UNAP, cuando desde muchos años lo tenemos, sólo que no lo vemos. Todos los años en las ceremonias de graduación, portamos una medalla en la cual está el Escudo de la UNAP. Señores, ese escudo acuñado en esas medallas, representa la majestuosidad del río Amazonas y la inmensidad de nuestra selva, de donde desafiante emerge una mano viril que representa la fuerza, el valor y coraje del poblador loretano, advirtiéndoles que el verdor de su selva y el caudal de los ríos están bajo su control; la antorcha que representa el saber y el conocimiento y con sus destellos derrama sabiduría a todos los hijos de esta tierra e ilumina día y noche el espacio celestial conectándonos al mundo y vinculándonos a los avances de la ciencia”. Luego agregó: “Por eso pido que en la fecha se oficialice ese escudo como distintivo de nuestra Universidad”.
Ante tan inesperada y brillante exposición, se aprobó por unanimidad su pedido. Sin embargo en la medalla no se apreciaba ningún color por lo que me solicitaron que reprodujera nuevamente el dibujo con los colores originales, puesto que conocían quien lo había hecho. Al cumplir esta pequeña tarea, el Ing. Hugo Cruz Ulloa, como mi jefe inmediato y como director de Economía y Servicios Administrativos, con fecha 12 de octubre de 1976 y mediante oficio Nº 275-DUESA-76, me expresa su agradecimiento y felicitación.
Nunca hubo la preocupación ni la necesidad de reconocer la autoría de dicho distintivo. Por mi parte tampoco quise reclamar el reconocimiento de la autoría por razones éticas, pues lo hice como trabajador a sueldo de la UNAP. Pero tampoco sería justo que se reconociese la autoría a otra persona que no sea el suscrito, porque he sabido extraoficialmente, no sé con qué intereses, que otras personas ya han reclamado la autoría de dicho escudo, cosa que me resulta más que risible, teniendo en cuenta las precisiones que he detallado en esta reseña.
Iquitos, 21 de octubre de 2003
Jaime F. García Barbarán
DNI Nº 05264921
ELEMENTOS BÁSICOS
Forma: oval, el eje mayor es 35% más que el eje menor.
Gráfico principal: en negro, resalta todas las características, pudiendo usarse así a una sola tinta cuando el caso lo requiera.
COLORES
Fondo centra: celeste, en degradé a blanco hacia el interior.
Fondo externo: amarillo medio, con los caracteres UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA PERUANA y un punto negro en la base.
Antorcha: mango sepia claro y llama amarilla con rojo esfumado hacia arriba.
Bosque: verde medio, en tres dimensiones.
Antebrazo y mano: rosa anaranjado.
Destellos: amarillos, dispuestos en direcciones concéntricas.
REPRESENTATIVIDAD
Antebrazo y mano: representan la fuerza y el coraje del poblador amazónico, que tiene bajo su dominio a la selva y sus ríos.
Antorcha: representa la sabiduría en las ciencias, artes y letras.
Destellos: representan la transmisión de la sabiduría mediante el estudio y la investigación.
Cielo: representa el reto de lo infinito para alcanzar el conocimiento y la sabiduría necesaria en el progreso universal.
Bosque: representa la inmensidad y el verdor de nuestra selva, en la que destacan las figuras de dos palmeras que nos identifican, el huasaí y el aguaje, que constituyen reservas ecológicas del Perú y del mundo.
Río: representa al río Amazonas, el más caudaloso del mundo y que tiene su origen en el Perú.
Jaime F. García Barbarán
Autor, 1967