Discurso de recepción de condecoración “Caballero del Amazonas” (*)

Puedo hoy decir que, del Perú no conozco sino mi tierra de origen y esta beldad de región que es la Amazonía...

  • GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA
  • Docente principal de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UNAP

Expresar en palabras lo que significa una condecoración como la que se me acaba de otorgar es más difícil que obtener los logros para merecerla. Por esa razón es que no voy a hablar de esos logros, pues ya hicieron referencias más que suficientes quienes me antecedieron en esta ceremonia.

Quiero hablar de algo que es mucho más que todo ello, que le da sentido a cuanto pueda haber hecho y seguir haciendo en lo que me queda de vida. Es decir, quiero hablar de nuestra Amazonía, pues como muchos lo saben ustedes, no soy loretano de nacimiento; pero, desde que llegara por una decisión circunstancial, a estas dimensiones de nuestro hermoso y grandioso país, se transformó en mi razón de ser y existir.

Puedo hoy decir, con absoluta franqueza, que en verdad no sé cómo llegó la Amazonía a ocupar el lugar que ocupa en mi existencia. Pero, no importa.

El hecho es que esta belleza de región devino en mi vida en el escenario y horizonte de mi justificación por vivir. He pasado cincuenta años trabajando por y para ella, llevando mi mensaje de análisis, reflexiones y propuestas para que la educación que en ella se desarrolla se transforme en el verdadero motor impulsor de su desarrollo, del mejor equipamiento actitudinal de su gente para tratarla, para mirarla con otros ojos y para querer transformarla sin destruirla.

Todo ello quizá porque muy temprano en mi vida profesional me di cuenta de su grandiosidad pero, también, del maltrato de que era objeto por quienes desde muy lejos en nuestro país se atrevían a tomar decisiones sin conocerla, ni amarla.

Pero no solo los de afuera, los lejanos, sino también de quienes viviendo aquí mismo, en su seno, no habían aprendido a mirarla con ojos humanos, ojos de amor, de afecto, de mucho afecto, de respeto por su significado trascendente que ella tiene hoy mismo, y no solo en nuestro país, sino en nuestro planeta, en donde se considera hoy que destruyéndola, habremos inferido uno de los más arteros daños a nuestra tierra, como nuestro hábitat cósmico.

Han sido estas constataciones, de situaciones que infelizmente aún perduran, las que me llevaron en un indetenible desplazamiento de mis convicciones a asumir un rol activo, militante, para promover su más profundo conocimiento, su más acendrado amor por ella y un indoblegable compromiso con la defensa de su integridad física y espiritual.

Y es que, muy temprano en mi vida profesional, tomé conciencia de la trascendencia de esta región tanto para nuestro país como para mí mismo. Por ello puedo decir, con orgullo que toda mi carrera profesional de cincuenta años, la he hecho íntegramente en esta región. Puedo hoy decir que, del Perú no conozco sino mi tierra de origen y esta beldad de región que es la Amazonía.

Han sido sus mensajes sociales, culturales, geoecológicos, espirituales los que se instalaron muy profundamente en mí y se transformaron en decisiones para fortalecer mis propósitos de contribuir con su engrandecimiento. No sé cuánto habré logrado en esa lucha, pero sí sé que aún nuestra región sigue siendo la más desconocida en nuestro país, la más ignorada, la más agredida, la más destruida. Expresando la gran ignorancia que tiene nuestro país acerca de ella se emiten leyes que la violentan, que transgreden su ser, su esencia de región forestal, pluricultural, multilingüe, de trascendente espiritualidad.

Región en donde se amalgaman el hombre y la naturaleza en un solo ser, en una sola esencia, condición que aún no entendemos los que pertenecemos a la cultura mestiza, prejuiciosa y arrogante, que aún quiere seguir tratando a quienes pertenecen a las culturas originarias como si fueran ignorantes de los códigos de relación con nuestro ambiente natural que es el bosque.

Bosque al cual se lo ha transformado en una simple mercancía en el más puro mercantilismo destructor de nuestras riquezas naturales y espirituales. Mercantilismo que hoy viene demostrándonos sus grandes y negativas limitaciones al impedir nuestras posibilidades de desarrollo al contar con una educación que solo nos capacita para no ver problemas sociales, culturales, ecológicos, etc. en nuestra región.

Por todo ello, se hace necesario, colegas docentes y autoridades presentes, asumir un férreo compromiso con la creación de una educación que, más allá de las palabras huecas y sin sentido, realmente sirva al desarrollo integral de nuestra región.

Para ello, será necesario que reclamemos al Ministerio de Educación nuestro derecho como la región más grande del país, a estar presente en los contenidos curriculares que aprenden todos los peruanos, única forma de superar y desmontar los prejuicios, tergiversaciones, tangencialidades con que se aborda el conocimiento de nuestra región.

Tenemos que reclamar, también, al Gobierno central un mayor respeto a nuestra integridad material y espiritual de nuestra Amazonía.

Y en el nivel interno, tenemos que decidirnos, de una vez por todas, a darle a nuestra educación las características que requerimos concordantes con nuestras posibilidades y aspiraciones sociales de los mundos culturales que habitan este promisorio espacio de la más acendrada peruanidad, como lo ha venido demostrando en la historia de los últimos quinientos años, en secuela coherente con las bases espirituales y materiales que pusieran nuestros ancestros milenarios.

Así, y solo así, lograremos, en acción conjunta y coordinada entre el magisterio regional y sociedades mestizas e indígenas, labrar nuestro futuro promisorio en pleno respeto a nuestras características geográficas y ecológicas.

Región que debemos aprender a ver como el más hermoso libro en el cual comenzar nuestra educación y transformar en el motivo origen y motivo fin de quienes vivimos y disfrutamos de sus bondades, a condición de saber establecer una relación armónica, respetuosa con su esencia material y espiritual.

Para terminar, permítanme reiterar mi agradecimiento por esta condecoración, que la asumo como un reto para profundizar mi compromiso con esta entidad suprema que es el bosque y seguir prometiéndole a este BOSQUE que seguiré luchando por la concreción de una educación con compromiso socioforestal.

¡Muchas gracias!

(*) Discurso pronunciado por el profesor Gabel Sotil luego de recibir la condecoración “Caballero del Amazonas” de parte del gobernador de la región Loreto, Fernando Meléndez Celis, en reconocimiento a su amplia trayectoria a lo largo de 50 años dedicados al magisterio en la Amazonía peruana.